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lunes, 21 de noviembre de 2011

SIMBIOSIS


La simbiosis es la asociación por parte de dos o más individuos de especies diferentes con el fin de recibir provecho mutuo para todos ellos. La simbiosis también se conoce como mutualismo y es considerada una relación interespecífica de organismos, es decir, una relación entre distintas especies. En la simbiosis, los organismos que participan reciben el nombre de simbiontes. En la naturaleza, la simbiosis está en casi todos los grupos y reinos y se da de maneras muy variadas.


La simbiosis puede clasificarse atendiendo a la relación espacial entre los organismos participantes: ectosimbiosis y endosimbiosis. En la ectosimbiosis, el simbionte vive sobre el cuerpo –en el exterior- del organismo anfitrión, incluido el interior de la superficie del recorrido digestivo o el conducto de las glándulas exocrinas. En la endosimbiosis, el simbionte vive o bien en el interior de las células del anfitrión, o bien en el espacio entre éstas.
Otros contrastes extremos en simbiosis son la diferenciación entre simbiosis facultativas u obligatorias y la de simbiosis permanentes o temporales.
En cuanto a la transmisión de la simbiosis se puede distinguir entre la transmisión vertical, que es en la que existe una transferencia directa de la infección desde los organismos anfitriones a su progenie, y la transmisión horizontal, en la que el simbionte es adquirido del medio ambiente en cada generación.
Desde una perspectiva de los costes y los beneficios que obtienen cada uno de los participantes, las relaciones simbióticas en la naturaleza pueden clasificarse entre las de mutualismo, comensalismo y parasitismo. En el mutualismo ambas especies se benefician, en el comensalismo la relación es beneficiosa para una de ellas e indiferente para la otra, y en el parasitismo la relación es positiva para una aunque perjudicial para la otra.




Uno de los ejemplos más claros de simbiosis son los líquenes, que en realidad, son la unión de un hongo y un alga que se unieron para beneficiarse mutuamente, hasta el punto de perder cada uno su identidad y convertirse un simbionte independiente. Es interesante, que los hongos simbiontes de esta unión buscan una especie específica de alga para dar lugar al liquen. Ambas especies no podrían sobrevivir por sí mismas a condiciones extremas; en cambio, el liquen sí puede hacerlo. Otro caso es el de las micorrizas, que son uniones o asociaciones de hongos y raíces de algunos árboles. El beneficio mutuo en esta simbiosis consiste en que las raíces del árbol aprovechan el poder de absorción de los hongos para obtener los nutrientes que necesita la planta, que a su vez, produce las sustancias que los hongos necesitan para desarrollarse.
Entre los animales encontramos un ejemplo en los cangrejos ermitaños que se asocian a las actinias. El cangrejo busca una concha vacía para proteger su abdomen que es blando y vulnerable. Al introducirlo en la concha, pone encima una actinia, que lo protege de los enemigos mediante las células urticantes que ella posee. La actinia recibe la recompensa de alimentarse de los restos de las presas del cangrejo.




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                                                                                               Inés Labella Vázquez 1ºD

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